Urbanización de ricos pero no es un chalet. Unifamiliar adosado, de unos 15 años de antigüedad, nunca antes utilizado como vivienda. Pero claro, hay que hacer reformas. No vamos a meter a la niña en una casa vieja. Si va a enseñar al marido a las amistades ¿no va poder presumir también de casa?
La divisa no podía ser otra: "que no falte de ná". No hay límite de gasto. Pagan los padres de la novia. A fin de cuentas invierten en su propia casa; son ricos, no tontos. Por eso lo son, porque no son tontos.
Imposible no contratar a un arquitecto de interiores; bueno, quiero decir, un maestro albañil maricón reciclado en decorador (es curioso este mundo nuestro). Dicen que es bueno; al menos está bien considerado en ciertos ambientes pijoprogres de tercera.
El proyecto ha costado 15000 leuros en números redondos. La obra, ejecutada por el mismo artista del diseño, ha debido multiplicar varias veces esa cantidad. Total una fortunita.
Ha quedado a la última. Muy bien. Exteriores e interiores. Se ha remozado todo. Minimalismo a tope, materiales de última generación. Modernísimo. Superguay.
Lástima que concluida la obra hayan descubierto que la casa carece de aislamiento térmico. Son cosas que pasan. Tal vez papá y mamá paguen, también, la factura del aire acondicionado y calefacción. Que no se note lo que me alegro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario